Edith Stein y Teresa de Calcuta, ambas beatas de la Iglesia católica, también fueron “feministas” de un feminismo que reclama para la mujer los mismos derechos que para el varón pero no desde la confrontación sino desde la complementariedad.
Edith Stein, beatificada en la Iglesia con su nombre religioso de Benedicta de la Cruz (de la
Orden Carmelita), fue una filósofa y teóloga alemana de origen judío convertida al catolicismo
que murió en un campo de concentración nazi. La Iglesia la recuerda el 9 de agosto.
De Madre Teresa hay poco que no se conozca. Fundadora de las Misioneras de la Caridad, desgastó su vida por los más pobres de Calcuta, India, en los que decía ver el rostro de Jesús. Su testimonio ha sido tomado como ejemplo de solidaridad en todo el mundo, y aquí en Córdoba es la imagen del mes de la solidaridad que estamos celebrando.
Ambas, fueron, a su modo, feministas, porque defendieron los derechos de la mujer y reclamaron que se respeten, pero defendieron un feminismo alternativo al que nos presentan esas organizaciones de mujeres que denostan el valor de la maternidad, del amor esponsal y del respeto mutuo. Ellas abogaron por un mundo donde los dos sexos tengan los mismos derechos y oportunidades, conservando cada uno de ellos sus valores y características
inherentes. Un mundo, no de lucha sino de entendimiento. No de confrontación sino de diálogo.
Un feminismo de la complementariedad, como postuló Stein hace más de 60 años.
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