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de la dignidad de cada persona

viernes, 29 de abril de 2011

Los efectos del rencor

Lic. Alejandra Mottola
ESPECIAL PARA ENCUENTRO

El rencor es un sentimiento de odio hacia alguien que nos ha lastimado o perjudicado, un sentimiento que si no se purifica genera ecos negativos permanentes que resuenan en el interior y contaminan los pensamientos, los gestos y las actitudes. La psicología nos plantea que todo lo que sentimos y pensamos es lo que de alguna forma determina nuestra manera de ser y de actuar; y que la presencia de resentimientos y pensamientos negativos tales como el odio y la ira comprometen nuestra manera de interpretar y vivir la realidad. Cuando recordamos una ofensa experimentamos sensaciones de angustia, dolor, frustración, y lo mismo sucede cuando dichas vivencias cargadas de emotividad negativa se convierten en compañeros permanentes en nuestra vida: los efectos terminan siendo gravemente nocivos ya que afectan al bienestar psicofísico espiritual de la persona. La psiconeuroinmunología hace tiempo que ha planteado que la salud está estrechamente ligada a las actitudes. Nuestro sistema inmune se resiente en la medida en que sentimos y pensamos negativamente. Así, se ha comprobado que las emociones tales como el enojo favorecen la hipertensión arterial, los dolores de cabeza, la indigestión, la tensión muscular y otras patologías. Hay ciertos elementos que favorecen la existencia de resentimientos y enojos, entre ellos:

* Interpretar la ofensa como extremadamente personal
* Culpar al ofensor por nuestros sentimientos,
cediendo al otro el poder de controlar nuestras emociones
* La idealización de las personas
* La sensación de inseguridad y los temores que se ocultan tras esa fachada

¿Cuál es el secreto para evitar el rencor?
No es otro más que el legado que Jesús nos dejó: amarnos los unos a los otros y perdonar a los que nos ofenden, de la misma manera que Dios nos ama y nos perdona.
La ciencia redescubre el PERDÓN para advertir que nos devuelve la integridad y la paz en nuestra mente y en nuestro espíritu. Los investigadores plantean que las personas que perdonan se liberan para vivir en plenitud, con un evidente beneficio físico y emocional, ya que ello elimina los sentimientos negativos que perjudican la salud. Las personas que son capaces de perdonar experimentan numerosos beneficios tales como:
* Disminución de la ira, hostilidad, ansiedad y depresión
* Aumento de autoestima y sentimientos de amor
* Restauración de la confianza en los demás y fortalecimiento de las relaciones.

En su libro Perdonar, la educadora Robin Casarjian propone ser amables con uno mismo y relajarse a la hora de recordar aquellos momentos en los que uno se haya enojado, e invita a registrar los sentimientos y a mirar más profundamente, para saber qué hay debajo de ese miedo o tristeza. Propone también hacer un listado de aquello que se desea o necesita recibir la persona que nos hizo daño e imaginar que se está con ella y decirle todo sin responsabilizarla de darnos eso que descubrimos. En síntesis, en palabras del padre Ignacio Larrañaga, para perdonar tenemos que aprender "el deporte de amar" que consiste justamente en rodear constantemente de amor a esa persona de la cual recibimos la desilusión o la traición.